Derecho a la información
Imagen: Verónica Lucía Martínez Trujillo
Por Verónica Lucía Martínez Trujillo
Años atrás, en Santa María Acapulco, así como en las comunidades vecinas en el estado de San Luis Potosí, el derecho a la información no se alcanzaba a cumplir en su totalidad, sobre todo en el caso de las mujeres y de los jóvenes de la comunidad; ya que en este contexto, los únicos que tenían derecho a recibir algún cargo, información o beneficio eran casi siempre las mismas personas, y ¡cuidado! si alguien más joven o una mujer quisiera llevar la contra o exigir algo en la comunidad.
Con el paso del tiempo, la llegada de algunas tecnologías y el cambio generacional (quienes antes eran jóvenes ahora ya son mayores de edad) provocaron que los hombres adultos, poco a poco, fueran permitiendo que jóvenes y mujeres se involucraran en los procesos de toma de desiciones.
Ahora, podemos encontrar a un joven adulto o a una mujer en cargos importantes dentro de la comunidad, como lo son los jueces auxiliares. En mi comunidad, este cargo representa la autoridad máxima a la cual se puede recurrir en caso de algún conflicto, agresión o solicitud de información. El juez auxiliar es un enlace entre el municipio y la comunidad y se le puede citar en cierto periodo, o cuando se requiera, para que brinde información de algún proyecto o algún beneficio para la población. Es así como esta autoridad convoca a la población a una asamblea con ayuda de sus auxiliares (dos suplentes del juez, comandante y policías) elegidos cada inicio de año. El periodo para cumplir esta comisión dura un año.
Es muy cierto también que, actualmente, la información es una herramienta muy útil para comunicarnos y conocer lo que sucede a nuestro alrededor; sin embargo, en nuestras comunidades el uso del internet es aún muy limitado, ya que por la lejanía de las zonas urbanas y por lo accidentado de nuestra geografía, se limita mucho la colocación de antenas así que el poco internet con el que contamos es de muy mala calidad. Hay que considerar también que no toda la población cuenta con algún dispositivo electrónico, incluso existe mucha gente adulta que, en su mayoría, no sabe leer ni escribir. Las personas que sí saben hacerlo se encuentran alejadas de la comunidad, son de bajos recursos o simplemente no se involucran con las autoridades.
También hay que aceptar que hay autoridades que niegan información a la población entera, provocando que solo sean las mismas personas de siempre las que obtengan los beneficios de la información que las autoridades se guardan para un pequeño grupo. Aunque se escuche mal, algunas veces, los que buscan tener un cargo en la comunidad lo hacen para sobresalir económicamente y acaparar todos los beneficios que el estado o municipio brinde a la comunidad. Por esta razón, es fundamental que la información llegue siempre a todas las personas y podamos ejercer así nuestro derecho a la información.
Retrato de la autora: Jonas Hernández
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