Derecho a la información
Imagen: Angelina Gómez
Por Angelina Gómez
Llena de ancestralidad, de las abuelas-abuelos, la historia hecha vida, añoranza, camino y flor. Nuestro derecho a la información para ir a donde la memoria nos oriente.
A modo de introducción: el pueblo chuj se ha caracterizado por ser un pueblo de frontera. La región que ocupan los chujes se encuentra en la sierra de los Cuchumatanes, la mayor parte de éste está en los departamentos de Huehuetenango y El Quiché, Guatemala. En México, el pueblo chuj se encuentra asentado en tres municipios, La Trinitaria, Las Margaritas y La Independencia pertenecientes al estado de Chiapas.
Comienzo con fragmentos de algunas entrevistas que he realizado con familias chujes, como una invitación para ver y comprender todo tipo de conocimiento que se guarda en la memoria de los pueblos, la cual está llena de ancestralidad y de sabiduría. Una invitación para reconocer y valorar ese otro medio, de gran fecundidad cultural, para acceder a la información y conocimiento, donde podemos ver la manera propia de ver y concebir la vida y la historia, desde la memoria de nuestros respectivos pueblos (llamados indígenas).
“Lo tengo todo en mi memoria”. Así se expresa Xun Anxap, el anciano marimbista y compositor que tiene gran amor y pasión por la música propia. Gracias a él y al “Ensamble binacional Maya-chuj” el son chuj se escuchó por primera vez en el Congreso del Estado de Chiapas, ahí fue donde lo conocí.
“La lluvia hace que nuestras cosechas crezcan bien, nuestro trabajo, nuestras verduras. Se pide al cielo y a la tierra para la abundancia. Los rezos eran muy importantes, se queman velas, toman trago, toman atole y mientras tocaban el son”. Con Xunik Maltin y con imágenes como éstas conocemos la costumbre de los y las abuelas, el respeto hacia la madre tierra; con su palabra-información-conocimiento damos un brinco en el tiempo y desde su memoria nos adentramos en la vida cotidiana de los pekti’ anima/antepasados en el pekti’ k’inal/tiempo pletórico del pasado.
“Llegó el coronel conmigo. «¿Por qué chingados tienes miedo?», dijo. No tengo miedo señor, porque nosotros en montaña vivimos”. Palas Kwin (QEPD), fue capaz de recordar, reconstruir y hacer de nuestro conocimiento, desde su memoria, una de las masacres sufridas por nuestro pueblo, la de la finca San Francisco, en Nentón, Huehuetenango, en 1982. Hablaba y su voz se cortaba. En ocasiones, duele recordar.
“A veces el maíz que llevaba [su esposo], ya era para nuestro préstamo. Yo como lo pase con los míos [su familia], pues él trabajaba, pero no le daba abasto. Me llevaba mi maíz [y] lo tenía que repartir con los que yo ya había prestado, ya no quedaba mucho para comer. Cuando se terminaba nuestro maíz, en ocasiones teníamos que repartir la tortilla”. Antún (QEPD), una mujer que es digna de admiración fue capaz de hacernos ver la condición social y laboral en la que se encontraban las familias chujes de su aldea en Guatemala.
Para el caso de nuestro pueblo chuj, hablar del pasado, de lo vivido por los y las abuelas es sagrado y debe respetarse. Ése es nuestro primer derecho a la información, conocimiento que es vida. Desde un marimbista que ha enseñado sus sones a un grupo de jóvenes, un campesino que reconoce que la tierra es sagrada porque sus abuelos y sus papás así se lo enseñaron, un personaje que es capaz de recordar una de las tantas masacres realizadas por el ejército guatemalteco en los años ochenta y una anciana que previo a morir, desde su experiencia, nos dice cómo era la vida en la marginalidad de su pueblo en su aldea, todos hacen de nuestro conocimiento una manera propia de concebir la vida y nos orientan, desde la verdad hacia la plenitud.
Retrato de la autora: Autorretrato
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Raizal y plena de dignidad la forma de remitirnos la información a lo vital, a lo más trascendental.