En el cerro de la miel…
Por Atzimba Márquez García
Toda aquella fortaleza que siempre había buscado estaba en mi raíz, desde las enseñanzas que mi abuela recibió de su madre, mi madre de mi abuela y el gran ejemplo que ha sido mi madre para mí. Con símbolos represento todo aquello que podría enumerar infinitamente, todo aquello que representan las mujeres en mi vida. Los derechos de las mujeres siempre han sido un tema de tabú en algunas comunidades originarias, al tener que permanecer sujetas a reglas y sobre todo al señalamiento social. Mi madre rompió muchas “normas” dictadas desde esa perspectiva que norma que la mujer se quede en su casa; mi abuela apoyó sin duda alguna a su hija, mi madre llegó a ser maestra en el sistema de educación básica; jamás se ha dado por vencida; la lucha constante ha estado en su vida y ella es un reflejo de las mujeres de su tierra ya que, a pesar de migrar a una ciudad monstruo, jamás olvidó su origen y siempre me llevó por ese camino, siempre estábamos en conexión con nuestra tierra. Mi homenaje a todas las mujeres que día a día luchan por seguir adelante, ser escuchadas , por romper moldes a pesar de ser señaladas; mi homenaje es para aquellas que jamás olvidan su origen, por que somos su semilla.
Retrato de la autora: Ogun Juárez Márquez
5 comentarios
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Oír la voz viva de una mujer, orgullosa de ser y de su raíz. Acostumbremos.
Grande tía Atzimba, siempre has sido un gran ejemplo
Te quiero mucho
Cuanto amor, cuánto respeto, cuanta dignidad, gracias por compartir, gracias por recordar que en toda mujer siempre hay lucha y siempre hay un amoroso avanzar 🙏🙏🙏
Entre un discurso romantizado y el campo de los hechos hay un abismo de diferencia, es muy fácil decir, hablar, y colgarse del origen y la raíz, cuando realmente está chica y su familia son casi desconocidos en la comunidad a la que dice pertenecer y de la que dice tener una conexión, no es de la primer generación migrante que vivió lejos de su origen, y desde ahí ella habla desde su desconocimiento de la historia de Tepelmeme, nunca se le ha visto participar ni involucrarse en las actividades que ocurren dentro y fuera del pueblo, no se menosprecia su trabajo que es válido y reconocible pero de ahí a hablar de algo que ella desconoce y romantizar el amor a una tierra de la cual no tienes idea es una falta de respeto para todos aquellos que realmente han servido a su comunidades, generaciones muy antiguas que por diversas razones han migrado y nunca olvidado su tierra y trabajaron e inculcaron a sus descendientes el verdadero amor a la raíz, y por su puesto a no olvidar y regresar de alguna manera a seguir trabajando por esa tierra, y sobre todo a esa gente que no migró y sigue en la comunidad y que al final todos se conocen unos a otros. Atzimba seguro es que el día que realmente te acerques al pueblo a involucrarte, a participar y conocer el pasado y el presente de Tepelmeme, tendrás bien ganado el honor de ser reconocida como una hija más de la comunidad. Recuerda entre el dicho y el hecho hay mucho trecho. Por favor investiguen bien y no sigan modas
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