Giesa nchia (Pesa la casa)
Por Mitzy Juárez
Mi abuela me cuenta que hace mucho tiempo, en nuestra comunidad las casas se cargaban de un lado para otro. Era común que, de vez en cuando, se escucharan las risas y el jolgorio de los que atravesaban el pueblo llevando los techos de palma o de popote de trigo. El protocolo iniciaba con el toque de las campanas, la gente luego luego acudía al llamado, ya se tenía preparada la castaña de tepache, el aguardiente de ruda y el mole para comer una vez instalada la casa en su lugar. Ésta y otras prácticas respecto de las viviendas de los pueblos Ngiba-Ngigua ya no se ven hoy en día, ahora los techos de palma son un lujo que pocos podrían pagar y tal vez sólo las abuelas y los abuelos acudirían al llamado de la campana…
Retrato de la autora: Archivo personal
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