Justicia desde la mirada nuntaj+yi
Imagen: Óscar Martínez
Por Maribel Cervantes Cruz
Un Tyuxaámxucham, saludo desde mi lengua nativa y desde el pueblo Nuntaj+yi (popoluca). Realmente, en este siglo, la justicia para nosotras las mujeres indígenas popolucas ha sido y está siendo un desafío, poder tener la justicia en nuestras manos parece una tarea muy complicada. En este sistema capitalista patriarcal que permea todo e impone sus megaproyectos de muerte sobre nuestra madre tierra, la lucha por la justicia es una lucha ante un gigante al cual nos enfrentamos diciendo que no estamos de acuerdo y que tenemos la voluntad de seguir caminando y construyendo lo que por derecho nos corresponde: tomar nuestra decisión propia de cómo soñamos y de cómo queremos vivir.
Por otro lado, la inseguridad, los robos y las extorsiones han ido aumentando en nuestra región nahua popoluca, así como en las ciudades cercanas a la sierra. Se presentan cada vez mayores índices de violencia, de desapariciones y asesinatos; aunado a ello, los poderosos insisten, con argumentos amañados, en llevar a cabo sus megaproyectos de exploración de hidrocarburos violando el derecho a la consulta de las asambleas comunitarias; se dirigen y pactan las actividades de perforación de manera personal con los parceleros; sin embargo, existen ejidos y comunidades que no se dejan engañar; resistimos ante esta injusta y destructora decisión del Estado sobre nuestro territorio.
La situación se está volviendo cada vez más compleja para nuestras comunidades. Es momento de que los pueblos tomemos la firme decisión de mantener y reforzar nuestra organización, a nuestro modo, a nuestro tiempo, por nuestra vida, por la familia, por el territorio y hacer valer nuestros derechos contemplados en la Constitución y en diversos convenios y tratados internacionales que nos respaldan en nuestra lucha por el respeto a nuestra libre determinación.
Los pueblos y nosotras las mujeres nahuas y popolucas necesitamos y hemos decidido buscar y reconstruir nuestra propia forma de ejercer la justicia haciendo memoria de la práctica de los abuelos y las abuelas; soñamos con retomar esta forma de vida enraizada y fortalecida desde nuestros usos y costumbres como pueblos; lucharemos para ejercer nuestro derecho de tener la libertad de decidir cómo queremos vivir en nuestros territorios para y con nuestr@s hij@s. De nosotr@s depende que ell@s puedan vivir una vida que merezca la pena ser vivida, con dignidad y justicia, y no la vida sufrida de discriminación y sometimiento que pasaron nuestr@s antepasad@s y que ahora nos quieren seguir imponiendo para sostener al gran capital que se aprovecha y abusa de la necesidad de nuestros pueblos, para disfrutar a costa del sufrimiento nuestro y de nuestra madre tierra.
Retrato de la autora: Archivo personal
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