Por Yinna Dalila Almaraz Muñoz

La libertad de mi pueblo vive manteniendo la memoria y enseñanzas de nuestros antepasados.

Nacimos de la semilla de la tierra, crecimos cobijados bajo un cielo estrellado, el viento acompaña el aliento de nuestros antepasados con el mensaje de cuidar lo que estaba bajo la mano de la humanidad. Valor y respeto a la hermosa madre crecía en el corazón de cada pueblo.

 Pero no éramos perfectos a los ojos de los nuevos prejuicios y reclamos por aquellos que viven de la prohibición y el sometimiento. Pronto vino a corromper la esencia de los que por años entendieron la encomienda de nuestra existencia.

Las hojas de nuestro árbol ancestral fueron cortadas y quemadas para borrar nuestra historia. Pero las raíces aún se mantienen bajo el manto de lo oculto y sobreviven entre los incrédulos.

Las cadenas de borregos que alimentan a este nuevo sistema de lo correcto algún día darán cuentas a la madre, sobre aquellos desagradecidos que piensan su suelo para profanarlo.

Libres seremos entonces de nuestra verdad, aquella que los antepasados guardaron en cada una de sus descendientes. Sus huellas marcarán el camino de libertad.

Retrato de la autora: Archivo personal

10 comentarios

  1. La resistencia duele y a veces es muy difícil. Que haya muchas victorias en aquellos que luchan. Menos sometimiento y poder y más sentimiento.

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Yinna Dalila Almaraz Muñoz
Pueblo kumiai

Yinna Dalila Almaraz Muñoz

Originaria de la comunidad indígena kumiai La Huerta, Ensenada, Baja California. Artesana, ilustradora y activista. Estudiante de arquitectura y apasionada por mantener vivo el legado de su familia. Desde temprana edad tuvo la guía de su abuela Zeferina Aldama. En su memoria y la de sus antepasados realiza su trabajo creativo y a ellos dedica su esfuerzo para la promoción y el rescate de la cultura kumiai.