Imagen: Rocío Sabino Nava

Por Rocío Sabino Nava

A lo largo de la historia, la cultura tlahuica-pjiekakjo ha recibido distintos nombres como ocuilteco, aztinca, tlahuica o pjiekakjo. Nuestra lengua pertenece al grupo otopame de la familia lingüística otomangue. Por su número de hablantes, 719 (INEGI, 2010), se considera una lengua que está siendo seriamente desplazada por el español. Actualmente, los tlahuicas habitamos en siete comunidades del municipio de Ocuilan, Estado de México: San Juan Atzingo, Lomas de Teocalzingo, Santa Lucia, La Colonia Doctor Gustavo Baz, San José el Totoc, El Capulín y Tlatizapan.

            En la lengua pjiekakjo no existe un término o la traducción de la palabra libre, pues desde nuestra forma de vida y cosmovisión, dentro de nuestra cultura no existen grupos subordinantes. Quizá existieron culturas dominantes antes de la conquista española, pero no marcaron la dominación como se hizo durante la colonización. Una vez iniciada la conquista española, muchos de los pueblos originarios perdieron la libertad y muchos de sus rasgos culturales: su libertad en la forma de educar, su libertad para profesar su religión, su libertad para el uso de su lengua, su libertad para seguir con sus costumbres y tradiciones, su libertad en cuanto a sus formas de trabajo, su libertad para ejercer su arte, su libertad para hacer uso de su medicina tradicional, entre muchos otros aspectos.

            El contacto entre culturas, una cultura dominante en todos sus aspectos y las otras, las subordinadas, generó conflicto, discriminación y violencia entre  los habitantes de estos territorios. Por ejemplo, las mujeres indígenas de México vivían y viven en una situación de mayor vulnerabilidad porque además de ser mujeres viven bajo características culturales originarias y bajo una cultura nacional, lo que les ha generado discriminación y violencia ante una sociedad global.

            Mi abuela me contaba que la gente que hablaba castilla la nombraba guarina porque no hablaba y vestía como ellos; la discriminación la orilló a hablar español y usaba la lengua pjiekakjo sólo con la familia. Se les prohibía hablar la lengua en las escuelas, además de que la iglesia creó un sincretismo con sus costumbres y tradiciones. Casos como el de mi abuela (e incluso más violentos) vivieron muchos de los habitantes de los pueblos originarios. Con este contexto de fondo, una  gran lucha llevó a  pensar en los derechos de los pueblos indígenas, en el derecho a la libre determinación que ahora está plasmado en la reforma al Artículo Segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 

            Hoy en día, para preservar y enriquecer las lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyan nuestra cultura e identidad, debemos erradicar la discriminación y la violencia hacia los pueblos originarios. En lengua tlahuica se utiliza el termino miplañjɇ ‘iguales’ para referir al hecho de que toda persona tiene los mismos derechos y oportunidades ante la sociedad.

            Con base en lo anterior, es importante mencionar que desde la cultura tlahuica la mujer siempre ha desempeñado importantes roles sociales, por ejemplo, la mujer es la principal agente de la reproducción cultural, la mujer es la primera protectora de los niños y las niñas, la mujer es la consejera en la toma de decisiones, la mujer es una agente moral, la mujer desempeña cargos civiles, religiosos o culturales, la mujer tiene múltiples responsabilidades ante la migración de los hombres, la mujer es la que transmite la lengua originaria y conserva la cultura, la mujer es la columna vertebral de las familias, mientras que el hombre se encarga del cuidado de las tierras, de la búsqueda de alimento, de la organización social, etc, esta repartición del trabajo no era visto como inequidad sino como trabajo en equipo al dividirse ciertos roles y diferentes capacidades.

            Por todo lo anterior, se utiliza el término libertad para explicarle al otro el derecho a seguir viviendo bajo la lengua y la cultura que les ha funcionado por generaciones, sin que atente contra la dignidad humana o tenga por objeto menoscabar los derechos y libertades de las personas y para no vivir bajo una cultura homogénea que hace que se pierda la diversidad cultural y lingüística.

Retrato de la autora: Archivo personal

2 comentarios

  1. Pablo G Casanova H

    Querida Rocio Saving Quisiera invitarle a revisar como lectora el escrito y lista de la apreciada maestra Elpidía Reynoso y a aportar un texto como el anterior que denuncia las discriminaciones de suer y hoy. Es para el diccionario multilingue EsNaOtMzMtTl de Siglo XXI Éditores que justo compara listas que se ayudan en su reconstitucion. Por ejemplo, en tsotsil que mal hablo libre y autonomo se dice kolem, y unam kolem muk’ta chanonvun ta slumal Mexijko, la deaamarrada universidad. Espèro que veas esto y con todo el dano sufrido ya logran recuperarse y en est esperamos apoye si tiene correo-e e para enviar el diccionario y algunos titulos de inagenes ¿ne envies tu correoe?

  2. Angelina Trujillo

    Rocio, me gusto tu explicación porque no hay una traducción el término ‘derecho’ en la lengua Tlahuica. También en la lengua Tu’un Savi (Mixteco) tampoco hay traducción. Tu explicación me ayudó expander mi conclusión.

    Una pregunta, la mujer es la que reproduce la lengua y la cultura. Como terminaste hablando de la lengua Tlahuica en tu trabajo, y no de la lengua Mixteca? Se mencionó que tu mamá es Mixteca. Cual de los dos idiomas dominas?

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Rocío Sabino Nava
Pueblo tlahuica / pjiekakjo

Rocío Sabino Nava

Originaria de la comunidad de San Juan Atzingo, Ocuilan, Estado de México. Hija de madre mixteca y padre tlahuica. Es licenciada en Lengua y Cultura y pasante de Maestría en Lingüística. Escribió en el libro Estudios de Cultura Otopame N° 7 editado por la UNAM el artículo “¿Quiénes somos, ocuiltecos, atzincas, tlahuicas o pjiekakjo?” Recibió el Premio de la Juventud 2012 en la categoría “Labor indígena”. Realiza investigación sociolingüística de la lengua tlahuica cuyos resultados han sido presentados como ponencias en diversos eventos académicos. Actualmente es docente de la Universidad Intercultural del Estado de México.