Imagen: Juana Inés Albañez Arballo

Por Juana Inés Albañez Arballo

Desde la perspectiva de mi pueblo indígena y en específico desde mi óptica personal como mujer del pueblo Pai pai, aprendí que el concepto que encierra la palabra “paz” se refiere a un estado de bienestar y seguridad, libre de guerras, conflictos y contratiempos. Hablando claramente, la paz es deseada por todos, pero no es tan sencillo lograrla; la paz, en mi tierra indígena, está amenazada por conflictos ancestrales pero existe también la resistencia, la conocemos como la forma de “vivir bien” o en paz. Los conflictos a los que nos enfrentamos siempre están relacionados con la invasión de nuestro territorio, el paternalismo gubernamental que pretende rescatarnos de nuestra situación sin saber nada sobre las formas de organización de los Jaspuy paim Pa Ipai1, quienes vivimos en clanes y en estas estructuras clánicas nos organizamos para realizar diversas actividades dentro de la comunidad; como pueblo originario, buscamos vivir bien y en paz cotidianamente desde cada uno de nuestros Pa Sr’umul T’tor (diversos clanes o familias).

No quiero decir que en nuestro pueblo no existan los conflictos, sí que los hay, pero se arreglan aquí dentro, sin intervención de nadie. El desconocimiento que se tiene sobre nuestras formas de arreglar conflictos se viene arrastrando desde hace décadas y me provoca un gran hastío todo lo que han escrito de nosotros y no le atinan a nada. ¿Cómo es que desde cada clan se trabaja para alcanzar la paz de acuerdo con nuestras propias formas de vivir en nuestro territorio? Lo hacemos como sabemos y nos fue enseñado; aunque las definiciones de quienes nos han investigado siempre han sido imprecisas e incompletas, nosotros respondemos “dándoles por su lado”, como coloquialmente se dice. Desde hace muchas décadas se dice que ya desaparecimos como pueblo originario, que ya no somos y que ya no estamos, que ya no hablamos, que ya no cantamos, que ya no contamos lo que antes se enseñó y aun así seguimos organizándonos en paz para sacar adelante los trabajos dentro de la comunidad que ha permitido sobrevivir a las nuevas generaciones a las que enseñamos que aprecien sus raíces y siempre busquen vivir bien y vivir en paz, aunque a la percepción del mkliay2 sea distinta.

Tal vez el silencio sea parte de la paz y esa desinformación que hay sobre nosotros como pueblo sea mejor para que sigamos fomentando nuestras propias formas de organización y resistencia. Al final, somos una nación dentro de un territorio mexicano, dentro de un país al que no le ha importado realmente hacia dónde va nuestro pueblo y qué nos depara el futuro. En nuestra nación, los usos y costumbres se obedecen y se respeta lo que los ancestros nos han dejado, es una buena forma de hablar de paz o, en nuestro caso, hablar de “vivir bien”. Hemos tomado también cosas del exterior, hemos tratado de tomar las cosas buenas para adaptarlas a nuestras formas de vida y organización; esto se hace aunque vivamos dentro o fuera de la comunidad. Siempre recalcaré que la paz ha estado en cada persona que hace lo que siente y piensa para convivir en comunidad.

Tal vez la palabra paz y su connotación se encuentran en los trabajos de las mujeres y sus vastos conocimientos sobre artesanía, medicina, lengua, oralidad, cuentos, cantos e historias que enseñan a su descendencia; tal vez la paz está en el trabajo que hacen los hombres en el campo o en las ciudades y en el aprecio y cuidado que brindan a sus familias. La paz es vivir bien con la llegada de los tiempos de lluvia y sus beneficios, es conocer el tiempo de cortar de la tierra los frutos que el monte nos regala, paz es la convivencia con respeto y armonía que se ha trabajado desde tiempos ancestrales, donde cada nativo Pa Ipai hace su trabajo y éste es reconocido por la misma comunidad.

El paternalismo con el que por décadas nos han tratado a los pueblos nativos ha impedido que nos conozcan de verdad y que sepan que somos sujetos de derecho, que no necesitamos que alguien externo venga y nos traten como objetos de estudio para después escribir sus percepciones e interpretaciones de manera errónea. Estas personas no pueden decir ni afirmar, desde sus bases colonizadas, cuál sería el mejor método de vivir bien y en paz para nuestros pueblos. Sus ideas sobre el sentido de desarrollo y plenitud son de ellos, no nuestros, ellos no saben que el linaje ancestral de nuestras raíces, hace miles de años, llegó a esta tierra, ¿cómo se hizo entonces para vivir bien? ¿cómo se hizo para vivir en paz? Literalmente, solo quienes lo hemos vivido, lo sabemos.

1 “Los no bautizados” auto adscripción que utilizamos para reconocernos como pueblo originario.

2 Palabra que en nuestra lengua significa “hombre mexicano, que no pertenece a la comunidad”.

Retrato de la autora: Autorretrato

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Juana Inés Albañez Arballo
Pueblo pai pai

Juana Inés Albañez Arballo

Nació en la comunidad indígena de Santa Catarina, en el municipio de Ensenada, Baja California. Hija de la señora Adelaida Albañez Arballo quien fue su maestra y referente en su aprendizaje de la lengua pa Ipai. Creció con las enseñanzas de su abuelo Juan Albañez Higuera quien fue el último jefe tradicional de la comunidad, por lo que pudo aprender los cantos de Kuri-Kuri y las danzas tradicionales. Ha escrito un libro de poemas en español y en lengua Pa Ipai; sigue trabajando dentro de su comunidad como promotora de la lengua por parte del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. Está realizando sus estudios de Derecho en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).